QUE NADIE MUERA SIN AMAR EL MAR

MARÍA LUISA BALAGUER

Este libro obedece al propósito de su autora, María Luisa Balaguer, de dar visibilidad a aquellas mujeres del pasado siglo con una obra innovadora y crítica, cuya aportación al fe­minismo no es suficientemente conocida. Se trata de un ensayo biográfico sobre la ensayista y poeta Iris Zavala, nacida en Puerto Rico en 1936, cuya literatura estuvo muy influida en su juventud por los intelectuales españoles exiliados en esa isla caribeña. 

 

Tras realizar en la Universidad de Salamanca su doctorado sobre la obra teatral de Unamuno, vivió y trabajó en Nueva York, Holanda, México y Madrid; y hoy, ya retirada, reside en Barcelona. Su prolífico trabajo abarca todos los géneros literarios, y temas tan diversos como el exilio en la literatura, los personajes femeninos del Quijote, el tango y el bolero, o el modernismo de Rubén Darío. 

 

Su libro de poesía, Que nadie muera sin amar el mar, da título a esta obra, que pretende abarcar la vida de una mujer que se definió «de fronteras», difundiendo no solo su vida, sino la extraordinaria brillantez de su pensamiento, su profundo sentimiento literario, y su honda poesía del mar. 

 


Prólogo

 

 

A veces la vida proporciona felices coincidencias, encuentros que permiten recuperar situaciones vividas muy intensamente con afinidades electivas que se mantienen para siempre. El feminismo, el derecho y, en su caso —solo hasta cierto punto—, la política han determinado mis relaciones, y entre ellas, la que mantengo con María Luisa Balaguer ha sido primordial para esas experiencias de vida.

Un grupo muy importante de mujeres de nuestra generación reavivó el feminismo en los últimos años de la dictadura y en los primeros de la transición política, y logró introducirlo en la legislación y en la agenda política. Allí estábamos muchas mujeres, y allí estaba también María Luisa. Y esa lucha y ese trabajo compartidos han mantenido la amistad y solidaridad, que, pese a separaciones geográficas coyunturales, se ha sostenido emocionalmente en todo momento. La formulación de una democracia constituyente como la de la Constitución Española de 1978 ha permitido el desarrollo de un derecho constitucional avanzado en el que la autora de este libro es una persona destacada, y cuya doctrina seguramente inspirará futuras formulaciones sobre el Estado social y democrático de derecho. 

Pero desde el feminismo su compromiso le exige mirar atrás, indagar en las mujeres que nos han precedido y sacarlas a la luz, en un esfuerzo por el cambio de plano literario, escribiendo este ensayo biográfico sobre una mujer de fronteras, feminista y luchadora como ella, y a la que se le hizo poca justicia desde su mundo. Iris Zavala, feminista, escritora, crítica literaria, poeta, novelista y mujer de múltiples facetas que Balaguer se apresta a descubrir para que sea todo lo conocida que su personalidad y su obra merecen.

 «Reconstruir la vida de Iris exige un ordenamiento de todos los elementos posibles —tomados de sus declaraciones y escritos, o de los homenajes que nos dejan sus amigos y amigas— y su unión, como en un caleidoscopio o mosaico», dice María Luisa Balaguer en este libro que repasa la vida y obra de la escritora puertorriqueña Iris Zavala.

La autora recorre de forma amena y didáctica su obra: la literaria, la poética, también la analítica, la teórica o ensayista, y su aproximación al pensamiento feminista.

Es el esfuerzo por recuperar la memoria de una mujer brillante, nacida en Puerto Rico en 1936, que vino a España a continuar sus estudios en Salamanca y que ahora vive en Barcelona tras haber pasado por México y Nueva York, Holanda, Italia, Madrid... Recuperar la memoria de una mujer que la está perdiendo.  

Esta es, por tanto, una obra que recupera dos memorias, o, mejor dicho, muchas memorias. La de la propia Iris, y la de cada una de las personas con las que se encuentra y que la marcan de una manera u otra, en lo personal, en lo académico, en lo artístico. La Memoria con mayúscula de los exiliados de la Guerra Civil y del franquismo, la memoria de nuestros intelectuales, de nuestros poetas, de nuestros compatriotas. Memoria por nombrarlas y por señalar sus logros, de muchas mujeres que sufrieron el exilio de su patria, pero también de quienes solo vieron en ellas acompañantes de sus insignes maridos. Zenobia Campubrí, esposa de Juan Ramón Jiménez; Encarnación Pérez Relaño, esposa de Tierno Galván, y otras a las que Balaguer nos recuerda a través de Iris, «mujeres silenciadas por el tiempo y las circunstancias».

 

 

 

 

 

 

El exilio marca a Iris, aunque ella no lo sufriera personalmente. «Su vinculación al exilio como tema recurrente de su obra, pero también de su vida —explica la autora— no deriva directamente de una experiencia personal ni de su familia, sino que podría ser una posición intelectual». El exilio es un tema cardinal en su literatura. 

Porque el exilio puede abordarse de muchas maneras, pero en casi todas duele. Son muchos quienes han escrito sobre él, quienes han reflexionado sobre los grandes huecos que nunca se cubren y que avanzan y se hacen más profundos con el paso del tiempo. Del desgarro del alma de los poetas. Del dolor inmenso e intenso que surca mares y es la estela de las olas del océano que une y que al mismo tiempo separa.  

Iris conoció en Puerto Rico a Juan Ramón Jiménez, a Zenobia Campubrí, a Pedro Salinas, a Paco Ayala...  Nos dice que «el exilio no solo remite al vínculo de la tierra con la persona, sino al origen, porque el que se exilia queda expulsado de sus raíces para siempre».  Y a mí me vienen al recuerdo las palabras de M.ª Teresa León en sus Memorias de la melancolía: «Comenzaron a hacerse sentir los pasos de la angustia y cada uno de nosotros los sentía de manera diferente. Nos desenraizaron de distinta manera y todos comprendimos, de pronto, que hay una soledad compartida que se llama destierro. Cada uno añadimos a ella una amargura diferente».

En su vida también se han cruzado, y son solo algunos de los muchos nombres, figuras como Carmen Marín Gaite, «Carmiña»; Sánchez Ferlosio; Aurora de Albornoz, a la que considera «la amiga». 

El Caribe y la colonización, sus bailes y fiestas, también marcan gran parte de la obra de una mujer que ha nacido en un territorio de conquista. «De las obras de Iris que mejor dan cuenta de su estudio sobre la naturaleza caribeña, tenemos sin duda las que escribió acerca del tango y el bolero». Universales, en sus propias palabras, «porque es cultura popular que civiliza». Pero lo importante es que pertenecen al pueblo, y por tanto una forma de arte del pueblo, de los esclavos o emigrantes. 

La preocupación de Iris por lo social no es algo colateral en su obra. De hecho, incluso en la crítica literaria, su visión no es ajena al materialismo dialéctico y de ahí su participación en un ambicioso proyecto, junto a otros dos autores «y en el que conocemos a la escritora marxista». Es la Historia social de la literatura española, que más allá de lo literario, quiere mostrar una conexión entre la producción intelectual y la producción material. Se trata, como explicitan los autores, de hacer una «crítica literaria marxista» a la historia de la literatura que analizan.

No puede faltar en este libro un análisis del pensamiento feminista de una escritora de fronteras. Desde el feminismo de la diferencia, coincide con el pensamiento de Lacan acerca de la consideración del sujeto mujer, analiza los personajes femeninos del Quijote, y el discurso represivo sobre las pasiones del cuerpo y sus transgresiones en la literatura.  

Así de polifacética es Iris, y aquí he mencionado apenas nada, ¿cómo no iba a fascinar a Balaguer? De la misma manera que se sorprenderá quien pase estas páginas. Una mujer apasionante que vivió una vida apasionante, contada a través de sí misma y de sus obras, y desde la escritura magistral de una constitucionalista, feminista y ahora biógrafa, que deja por un tiempo el estrecho mundo de las normas, para adentrarse en el atractivo Caribe que ve nacer a Iris Zavala, en el teatro de Unamuno, y en el lenguaje de Bajtín. 

Y como todo proceso literario, también la biografía busca su identificación. Y dado que la literatura es la recuperación de la memoria, la propia y la de la persona sobre la que escribimos, en este libro no solamente leeremos la vida y obra de Iris Zavala, sino también la de aquellas mujeres que éramos en los sesenta, y en los ochenta, cuándo Iris cantaba boleros en el Madrid del Bocaccio.

 

 

Carmen Calvo Poyato

Vicepresidenta, ministra de la Presidencia, 

Relaciones con las Cortes e Igualdad del Gobierno de España